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viernes, 28 de febrero de 2014

La vida de Juan.

Cuando Juan entró en el consultorio del médico sintió que algo no andaba bien.
Últimamente lo había visitado varias veces, tantas que conocía a la perfección, cuantas sillas había, las ojeadas revistas de siempre, cada vez más deterioradas pero siempre las mismas.
El cuadro ese con un barco tratando de superar una ola gigantesca en una brava tormenta, la planta de plástico que intentaba parecerse a una natural y Rita la secretaria, una morena de anteojos y caderas prominentes que de tanto en tanto, muy de tanto en tanto, le dedicaba una sonrisa.
-Siéntese Juan, el doctor lo atenderá en unos momentos, dijo la morena, sonriéndole.
Sonamos pensó Juan, las cosas no están en orden. Rita está demasiado amable.
Los silencios que se producen en la sala de espera de los consultorios suelen ser a veces tan intensos que se alcanza a escuchar el ritmo del corazón amplificado y el respirar intenso que suena también como viento huracanado.
Para colmo, hoy Juan está solo.
Le tocó el último turno y el paciente previo a su entrada está allí con el médico, que parece que hoy se demora más que de costumbre en la consulta.
Rita también ha desaparecido y solo le resta a Juan contemplar el cuadro de  ese barco estúpidamente inmóvil sobre la ola  que también inmóvil lo sostiene desde el mismo momento en que el autor de la pintura se le ocurrió dejarlo ahí, sin ninguna posibilidad de movimiento.
Que cuadro boludo, pensó Juan. Y centró su atención  en la planta plástica que pretendía parecerse a una natural.
Hum, "made in china", seguro, imaginó mientras buscaba si el autor de semejante bodrio había tenido la valentía de reconocer su paternidad. Vano intento, nada que autenticara su origen se encontraba a la vista.
Finalmente la puerta se abrió y la mujer que estaba de consulta con el médico, salió presurosa llevando en sus manos algunas “muestras gratis” de esas que lo médicos utilizan para ganarse algún viajecito promocional brindado por los laboratorios que elaboran esos medicamentos que nosotros pacientes debemos tragar según parecer del médico de turno.
-Hola Juan, adelante dijo el galeno, estrechándole la mano.
Despaciosamente se sentó detrás del escritorio, tomó una lapicera entre los dedos índice y pulgar de sus manos, y comenzó a girarla como buscando con ese movimiento quitarle trascendencia a lo que diría a continuación: Juan las cosas no están nada bien.
Juan lo miró impávido y escuchó casi sin interés las recomendaciones, prohibiciones, y conductas a observar si quería que su maltrecho corazón lo siguiera acompañando.
Salió del consultorio como la mujer que le precedió con algunas muestras y nuevas indicaciones de nuevos estudios, y análisis, y recetas de más medicamentos.
Ya en la calle agradeció el aire fresco que venía del rio, y acariciaba su rostro, y al avanzar unos cuantos metros más descubrió aquel contenedor de residuos, donde casi con alegría lanzó bien al fondo, aquellas muestras gratis y las recetas e indicaciones, cuidadosamente destruidas.
Pensó que esta vida suya le tocó en suerte como un tiro de ruleta; no eligió cuando nacer como tampoco quienes serían sus padres por lo tanto sería justo que esa misma ruleta determinara cuando sería el tiempo de partir.
Al pasar frente al pequeño bar, se dio cuenta que le vendría muy bien un whisky para empezar a pensar como jugar sus fichas en este nuevo punto y banca que había decidido desafiar.



Entrada relacionada:Corazón, corazón

miércoles, 26 de febrero de 2014

Cosas de la vida breve 8

Sorprendido.
Perdí mis pocas monedas en el trayecto de casa a la parada del autobús. Lo descubrí cuando las busqué en el bolsillo del pantalón y noté que no lo llevaba puesto. Asustado, quise cubrirme con la chaqueta, pero esta tampoco la tenía encima.

Entonces pretendí quitarme la corbata, pues nada me desagrada más que llevar esa prenda sin chaqueta, pero resulta que tampoco tenía corbata. Inmediatamente, sospechando lo peor, miré hacia mi pecho, y descubrí la ausencia de la camisa. Así me hallé, en medio de la calle, a la altura de la parada del autobús, sorprendidamente desnudo.

Tiempo
Una tarde calma y plácida de domingo soleado, pescaba Pascual en un río manso y sosegado. No tenía suerte con los peces, y la inmovilidad y el sopor le fueron adormeciendo sobre la piedra llana en la que se hallaba sentado.
Abrió plácido los ojos, asustado, cuando casi se cae de su duro asiento de piedra, pero su sorpresa fue mayor al ver que, a su alrededor, se había hecho de noche.
Se incorporó con esfuerzo, pues le dolían todas las articulaciones, y una vez en pie pudo comprobar, a la luz sorprendentemente intensa de la luna, que el río estaba seco, que al otro lado no había pueblo alguno y que a su espalda ya no existía el bosque, sino un páramo desierto.
Pascual había dormido tanto como la vida en la tierra.

Huida
La vio en la distancia, pero no la reconoció; aun así se puso a correr en dirección contraria sin saber por qué lo hacía. "Debo de estar loco", pensó. Cuando, agotado, detuvo su huida, miró hacia atrás con aprensión, y vio, aún más cerca que antes, a la pálida figura enlutada que extendía su huesuda mano hacia él.

El calendario
Miró hacia el calendario clavado en la pared, y los números parecían bailar ante él. Extendió su mano y puso la palma sobre la hoja del mes de Abril; así notó el movimiento, como de hormigas, que hacían cosquillas en su piel.
Cuando levantó la mano, los números de los días le miraban sonrientes, pero seguían burlones y saltarines. Él sólo deseaba saber cuánto tiempo faltaba para la noche, pero los traviesos días no querían decírselo

Amanece
La noche se tornó rojiza en uno de sus extremos, avisando el amanecer. Los ojos del insomne se concentraron con desesperación en aquel anuncio de esplendor, y agradeció el fin del frío y la huida de la oscuridad.
Íntimamente se alegró del nuevo día, pues aunque la soledad no tendría tan fácil solución como la luz, al menos se irían todos los fantasmas que le hacían ilusoria compañía.

Recopilación de textos anónimos: Fuente:escolar.com
la imagen es gentileza de :liupis.com

viernes, 21 de febrero de 2014

Deportivo Pelotazo


Y ahí estamos en el puesto 17 de la  Tabla de posiciones del Torneo Final 2014 bien cómodos y con las expectativas puestas en seguir avanzando.
Hacia abajo, claro.
De nueve puntos en juego de pedo agarramos uno (0 a 0 con Newell`s Old Boys en la primera fecha) y ahora se nos viene el pincha, cómodo puntero, justo cuando nosotros volvimos a ponernos la casaca de Deportivo Pelotazo.
Pregunto: en el fútbol, no se puede pedir licencia por estrés, o porque  a  la mayoría  de los atacantes le salieron juanetes, o bien porque los defensores sufren de vértigo y de tan desorientados en lugar de frenar a los atacantes los acompañan solícitos hacia su propio arco, como invitándoles, dale, clavala ahí, ahora que Agustín está cabrero.
Ah, no se puede.¡
Hay que seguir sufriendo hasta el final.¡
Bien, lo haremos, pero tened en cuenta que a cada chancho le llega su San Martín y que a cada Virrey le llega su Saavedra.

Atenti.



Entrada relacionada:Bichi Probá con ruda macho

jueves, 20 de febrero de 2014

Día internacional del gato; podés creer ?

Desacostumbrado a convivir con una parte de la casa invadida por obreros, cemento, cal, arena (fina y con piedras) mallas cima, cerecita y otros  elementos que hacen al mundo de la construcción, y teniendo que pedir permiso para moverme dentro de mi propio espacio, me dije que peor que esto, nada.
Error.
Fue en internet, esa cosa que te trae hasta cualquier lugar de tu casa lo que quieras ver y lo que no lo que me informó que la señora ayer  miércoles 19 de febrero, cumplía años.
Bravo “Happy Birthday” y que cumpla muchos más (eso sí, fuera de la Rosada) le dediqué vía telepática.
Me olvidé del tema y de él original (?) video camporista-cristinista-obsecuentista que le dedicaron, para tratar de seguir avanti, mientras aspiraba cantidades no recomendadas de cal hidrat.
Fue imposible.
Algo me empujó hacia la realidad y me informó que hoy,
Hoy, es el “Día Internacional del Gato”
Podés creer?
El día internacional de Gato.
Pensé; será en homenaje en algunos de estos:
Me  informaron que no era por ninguno de ellos sino porque en un día como hoy se le acabaron las vidas al gato de Bill Clinton (la Mónica Samille Lewinsky no chabón)   Rufus, el gato se llamaba Rufus, y como siempre hay boludos que se prenden en todas, decretaron a través de las redes sociales que el 20 de febrero es el día internacional del gato.
Y yo que andaba en la búsqueda de la originalidad perdida, me encuentro con esto que realmente no sé cómo definir, y de verdad extraño los versos de Gino Paoli cuando recordaba a su “gatta “ la del altillo que tenía una mancha negra en el muso.

                                
Che a no olvidarse, mañana, es el día del pollo asado.
O sea que con estas efemérides, estamos en el horno.

jueves, 6 de febrero de 2014