El Presidente Macri y su esposa
tuvieron la deferencia de recibir a la señora Legrand en la residencia de
Olivos, y así prestarse voluntariamente a lo que para algunos fanáticos fue un
reportaje excelente y que para otros más cercanos a la realidad solo fue un
múltiple choice que de periodístico no tuvo nada.
A ver; la pregunta de cuánto gana
un jubilado que tanta polémica desató en virtud de la respuesta supuestamente
errónea del Presidente sería el equivalente a las preguntas que hacía Carlitos
Balá:
-Que gusto tiene la sal?
-Cómo son los niñitos del jardín,?
O de Susana Giménez hablando
sobre el hallazgo de un dinosaurio: Vivo?
O como las preguntas de la misma
señora Legrand:
1) A Andrea del Boca: Es cierto que estás esperando
un bebé? lo dijeron anoche por radio,
que estabas embarazada, de dos meses y medio.
- NO, mirá vos, que suerte,¡ que linda noticia, respondió la protagonista
de “Cien veces no debo” negando el supuesto? embarazo y a quien la señora cual
Judas besó para morigerar la situación
2-O a Tinelli: alguna vez de
hicieron alguna propuesta homosexual?
3-Y me guardo las efectuadas a
Cris Miró, Roberto Piazza, y tantos otros que por creer en el mito urbano que
si no fuiste invitado a la mesa de Mirtha no existís, pasaron por el examen del
machete que la señora como buena alumna que aún no se recibe de nada, utiliza
indiscriminadamente mezclando como diría el recordado Jorge Guinzburg, la frase del
inmortal Discépolín “La biblia junto al calefón”
El Presidente Macri puede haber
incurrido en el desconocimiento de no saber con exactitud cuánto gana un
jubilado (hay al menos siete categorías diferentes) de la misma forma que no
debe estar informado del precio del algodón en el Chaco, de la papa en
Balcarce, de la docena de empanadas salteñas en los pagos de Urtubey, o del
precio de la cebolla en Pedro Luro.
Solo falta que en un día de
lluvia, el Presidente diga “Buenos días” y salgan a criticarlo porque
afuera.......................está lloviendo.
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