Hoy la sartén cambia de
mano y por unas horas la tenemos nosotros, que somos algo conocido como
"pueblo" pero teniendo en cuenta que cuando la sartén vuelva a las
manos de quienes hoy nosotros votaremos, nos sacudirán con ella.
Por eso, tratemos, de ser
posible, que el político al cual elijamos reúna estas condiciones que fueron
escritas hace ya muchos años por un autor ignoto pero que se conocieron a
través del libro "Ética del Legislador" del Notario mexicano Roberto
Bernardo Pérez Fernández del Castillo.
Aquí va:
1. Un político es una
persona que por sus características propias, decide dedicar su mente, tiempo y
esfuerzo al logro de un orden social y al bien común del hombre.
2. Un político debe tener
congruencia en el pensar y hacer, subordinando sus intereses personales a los
de sus representados.
3. Un político no debe
usar su cargo público para vender u obtener favores, o escudarse en el fuero,
pues estaría faltando a la ética moral y al compromiso.
4. Un político debe usar
su poder de convocatoria (no acarreos), para apoyar acciones que promuevan una
mejor calidad de vida del ciudadano común, todo ello dentro de un ambiente de
solidaridad y justicia.
5. Un político se ganará
la autoridad, confianza y respeto de sus conciudadanos, cuando sus promesas se
conviertan en realidades.
6. Un político debe estar
convencido de su vocación, lealtad y compromiso de servicio hacia la sociedad
que lo alimenta.
7. Un político debe saber
doblegar su soberbia y vanidad, sin pretender que es el único que tiene la
verdad absoluta; tampoco ridiculizar o criticar a otros por lo mismo que más
adelante, él puede ser criticado; debe saber escuchar y aceptar sus errores.
8. Un político no tiene
derecho a enriquecerse abusando de su puesto público, o extorsionando por
cualquier vía a. quienes debe servir.
9. Un político debe
apoyar la libertad de pensar, decir y actuar, respetar los preceptos legales y
los valores morales que rigen a la sociedad en su conjunto.
10. Un político debe ser
retribuido cabalmente en la medida en que su trabajo prodigue beneficios,
bienestar o riqueza a sus conciudadanos; pero, aquel que es corrupto o que
corrompe y vive rodeado de lujos, sin importarle quebrantar o defraudar la
confianza que le otorgaron los que creyeron en él, tarde o temprano, la
sociedad a la que engañó, se lo demandará.
PS: al punto 7 yo le
pondría un rostro, si, ese claro.
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