Faltan poco más de 45
días para arribar al 9 de julio fecha en que la República Argentina cumplirá
doscientos años de in-dependencia, y el gobierno de Mauricio Macri su día
número 212.
Entre los doscientos años
de la Argentina como República independiente y luego de haber soportado desde
Bernardino Rivadavia en 1826 hasta Mauricio Macri en el 2016 cincuenta y cinco
(55) presidentes incluidos aquellos que se sentaron en el sillón presidencial
sin haber sido elegidos por el pueblo pues también colaboraron y vaya cómo en
este andar pendular de nuestra República, la historia se ha repetido de tal
manera que vale la pena preguntar si todos los políticos utilizan la misma
receta y nosotros votantes somos tan despistados que los seguimos votando pensando
que son diferentes pero que al final resultan igual o peor que algunos que les
precedieron.
Sabe porque digo esto?
Preste atención a lo que
sigue y al final le cuento:” Un papel que asoma por debajo de la puerta, suele
ser la señal más evidente de un acontecimiento que trastorna la cotidiana
rutina de los argentinos: la irrupción de las facturas de servicios .
Después la conmoción que
se genera al abrirlas y tropezar con una cifra impensada, muchas veces
ultrajante, y el asombro que se traduce en la pregunta de rigor: ”Pero, cómo
puede ser:?
Una familia tipo debe
abonar las cuentas de luz y gas con aumentos siderales, pues al igual que otros
pequeños consumidores son repentinamente metamorfoseados en poderosos clientes
de las empresas que brindan esos servicios.
Los noticieros
televisivos montan verdaderos shows en torno a las peripecias de iracundos
ciudadanos que concurren a reclamar por facturas que en la mayoría de los casos
son altísimas.
Los más memoriosos
recuerdan que durante el gobierno de Arturo Frondizi entre los años 1959 y 1960
se concretó una campaña nacional por el no pago de la luz que se extendió como
un reguero de pólvora; entre otras actividades sus impulsores pegaban en los
medidores una franja impresa que rezaba: “ Clausurado por agio y especulación”
El periodista Carlos
Abalo escribía en aquella oportunidad: El ajuste de tarifa que tuvo lugar últimamente
constituye un intríngulis verdaderamente complicado. Todas las tarifas no han
evolucionado de la misma manera ,pero si repercuten sobre sufridos usuarios que
deben soportar peores servicios y que hacen frente a los nuevos importes con
salarios considerablemente deteriorados..............
El ajuste postergado
llegó en el peor momento, cuando la inflación mensual es más alta, cuando las
remuneraciones se encuentran más golpeadas por el costo de la vida y cuando ya
los usuarios están hartos de que, con más déficit o con menos déficit, con
malos precios o con buenos precios internacionales, siempre los precios suben y
siempre los que se perjudican son los que menos tienen.”
Esto que acabo de
transcribir con algunas variantes que no alteran para nada la redacción original
pertenece a una nota publicada por la hoy desaparecida revista “El nuevo
Periodista” que dirigía Carlos Gabetta publicado por Ediciones De la Urraca.
La nota con la firma de
los periodistas Daniel Vila y Hernán López Echague fue publicada en julio de
1988 (28 años atrás) cuando el presidente de la República era Raúl Alfonsín, su
Ministro de Economía Juan Vital Sourrouille, y su Ministro de Obras y Servicios
Públicos Rodolfo Héctor Terragno; éste último calificó aquellos aumentos como:
Una cachetada a la gente.
Claro que también fueron imitados por Menem, Duhalde, De la Rúa, Kirchner, Fernández de Kirchner, todos protagonistas de esta Argentina pendular y cíclica que solo parece estar de acuerdo en una política común:meter mano en el bolsillo del contribuyente y/o sufrido usuario de servicios públicos, siempre.
Para finalizar, en este
enlace encontrará una interesante nota externa a este blog, sobre la economía
argentina y sus vaivenes en los últimos 70 años:
Portada de la revista julio 1988 |
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