Continuando con el tema de cómo arribar a una
decisión equilibrada a la hora de votar el próximo domingo 14 del actual, y sin destacar las cualidades de tal o cual
candidato solo ofreciendo un panorama del comportamiento de los políticos en
general ante un evento de tal significación, aquí va el ejemplo número dos.
Resulta un deber consignar previamente que el
siguiente escrito fue realizado en base a otros hechos en su momento por
Octavio Mirbeau (1848/1917) en una parte de su obra "El Jardín de los
suplicios" y mencionado posteriormente por Roberto Arlt (1900/1942) en
"Aguafuertes Porteñas" y en síntesis trata como debiera un aspirante
a un cargo de relevancia en la política nacional dirigirse a sus potenciales
votantes; aquí va en versión libre:
"Si Ud. quiere ser elegido en un cargo
político de relevancia, no hable a favor del precio de la soja, del petróleo,
del trigo, del impuesto a la renta; no hable de fidelidad a la Constitución,
menos de la defensa del obrero, del empleado, de los viejitos, o de las
empresas nacionales.
No señor..¡¡
Si Ud. quiere ser electo sería conveniente
que comenzara a decir desde ahora,( para obtener chances ciertas en las
generales de octubre), "Yo he robado, siempre fui un ladrón...¡"
La gente en general se enternece ante una
demostración de tanta sinceridad, y si
Ud. es de apariencia agradable, algunas sufragantes se pondrán además bastante
cachondas.
Y esto se explica porque todos los sinvergüenzas
que aspiran a chuparle la sangre al país y venderlo a empresas extranjeras,
todos los sinvergüenzas del pasado, el presente y el futuro, tuvieron la mala
costumbre de hablar a la gente en cada ocasión posible de su
"honestidad".
Ellos eran honestos, ellos aspiran siempre a
desempeñar una administración honesta y tanto hablaron de honestidad que no
había una pulgada cuadrada en el suelo donde se pudiera escupir, que no se
escupiera de paso a la "Honestidad"
La palabra honestidad ha estado y está en el discurso de cualquier atorrante que se
pare detrás de un estrado y antes o después todos sin excepción dicen: "El
país necesita gente honesta", y el ciudadano votante no quiere saber más
nada de discursos repetidos y frases hechas.
Por eso y aprovechando esta moda de contar
todo por televisión y a través de las redes sociales, un buen discurso podría
comenzar así: " Ciudadanas y/o ciudadanos : Quiero que Uds. me den su voto
porque aspiro a robar en grande, para acomodarme para toda la cosecha, yo, mi
familia, mi amante, y algunos fieles amigos".
Mi finalidad no es salvar al país de la ruina
en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches sinvergüenzas.
No conciudadanos, no es ese mi elemental
propósito, sino que, íntima y ardorosamente deseo contribuir al trabajo de
saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que Uds. tienen
que comprender, es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo
hombre que se presenta como candidato.
Robar no es fácil señores. Para robar se
necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis adversarios.
Ante todo se necesita ser un cínico perfecto,
y yo lo soy.
En segundo término se necesita ser un traidor
y eso yo también lo soy y tengo pruebas de ello. He sido peronista, luego
radical, nuevamente peronista pero de otra rama, incursioné en el socialismo,
fui comunista y ahora formo parte de la concertación cierta. Que me dicen..¡
Saber venderse oportunamente es la clave
señores, no desvergonzadamente, sino "pragmática y evolutivamente"
Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no
quiere robar?
Díganme Uds. quien es el desfachatado que en
estos momentos de confusión no quiere robar.
Si ese hombre honrado existe, yo me dejo
crucificar (este acto de entrega debiera ser analizado antes de soltarlo, no
sea cosa que le tomen la palabra).
El discurso deberá continuar, adicionándole
argumentos que demuestren la pertenencia a los intereses de la audiencia y
puede terminarse más o menos así:
Conciudadanos, yo soy el único entre todos
esos hipócritas que se postulan como salvadores del país, el único repito, que
puede rematar hasta la última parcela de tierra argentina.
Incluso me propongo vender el Congreso, e
instalar allí un conventillo o varios departamentos que tan buena renta dan por
estos días.
Si al terminar la arenga se puede retirar
entre aplausos y vivas, es muy posible que le elijan hasta presidente.
Para el final, he reservado un discurso
político de antología efectuado por el gran Mario Moreno “Cantinflas” en su
película “Si yo fuera diputado”.
A propósito de Cantinflas, este próximo
viernes doce, se conmemorará en México la fecha del centenario de su nacimiento.
Sirva también este recuerdo a dicha
conmemoración.
Gracias:www.youtube.com/user/labder3
1 comentarios:
Muy bueno, felicitaciones.
BC, un abrazo, mi voto y mis 10.
Publicar un comentario