Le preguntaron al hombre, viejo en años
vividos pero joven de espíritu, -Que es la vida?- y el hombre respondió:
“La vida…..un grito entre dos silencios”
Y en ese espacio a veces demasiado breve, es
necesario entender que solo después de un tiempo uno aprende la sutil
diferencia entre sostener una mano y
encadenar un alma…
y aprende que el amor no sólo significa acostarse con
alguien y que una compañía no significa seguridad,
Y así uno comienza a aprender...,
que los besos no son contratos y los regalos
no son promesas, y uno empieza a aceptar
sus derrotas con la cabeza en alto y los ojos abiertos…
y aprende a construir todos sus caminos en el
hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro, y el futuro tiene forma
de caerse en la mitad.
Después de un tiempo uno también aprende que
si es demasiado, hasta el calor del sol quema…
Y así uno planta su propio jardín y decora su
propia alma, en lugar de esperar a que
alguien le traiga flores…
Y aprende que realmente uno puede aguantar,
porque uno es realmente fuerte y realmente vale, y aprende y aprende... y cada
día uno aprende, a pesar de los golpes y el sufrimiento…
Y con el tiempo comprende que sólo quien es
capaz de amarnos con nuestros defectos, sin pretender cambiarnos, puede
brindarnos toda la felicidad que uno desea.
Con el tiempo también aprendemos que las
palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando durante toda la
vida a quienes herimos con ofensas.
Con el tiempo uno aprende que disculparse
cualquiera lo hace, pero que perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo nos damos cuenta que cada
experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Y también aprendemos que el que humilla o
desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o
desprecios multiplicados.
Con el tiempo aprendemos cuan vacilante está
el porvenir. que raudo como una flecha voló el presente, y que eternamente
quieto está el pasado.
Con el tiempo nos damos cuenta de que en
realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estuvimos viviendo
justo en ese instante.
Con el tiempo veremos que aunque seamos
felices con los que están a nuestro lado, añoraremos con intensidad a los que
ayer estaban con nosotros y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprendemos que intentar
perdonar o pedir perdón ante una tumba, decir que amamos, que extrañamos, que
necesitamos, o que queremos ser amigos, no sirve pues ya no tiene ningún
sentido…
Todo esto desafortunadamente lo aprendemos
con el paso del tiempo; a veces, tarde.
Tal vez hoy sea un buen día para reconsiderar
algunas cosas, pues aún queda tiempo.
Tal vez……,
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