Los pájaros cuando
nacen, nacen dándose besitos,
¿por qué no hacemos tú y yo lo que hacen los
pajaritos?
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Las finales de tenis internacional ya no me
sorprenden.
Más o menos funcionan así: algún posicionado
más o menos digamos Del Potro llega a cuartos contra Federer y éste lo vence
esperando a su vez con seguridad a
Rafaél Nadal quien a su vez llegara a jugar cuartos de final con el suizo.
Nadal y Federer se enfrentan por centésima
vez y
como ya es costumbre gana Nadal.
Nadal disputa la final contra uno que
últimamente se las trae y los espera sentadito
Djokovic quien le saca los calzones del culo al mallorquín (va con onda
Rafa) y gana luego de seis horas de intenso trajín el Grand Slam.de Australia.
Y saben que hace de original el serbio:
"besar la copa" como lo hacen casi la mayoría de los deportistas de
distintas disciplinas.
Me pregunto cuál es la sensación de besar
algo metálico e insignificante como lo es una copa por más Grand Slam que sea
para considerarlo digno de un beso.
Uno rememora, no sin nostalgia, aquel primer
beso como dice la canción "... recuerdo tu gesto travieso después de aquel
beso robado al azar" y aparece aquella jovencita que creíamos el amor de
nuestra vida, y todos los otros que vienen después, de amor, de adiós, de
ternura, como también de compromiso.
Pero besar una copa...¡
Es claro que a Novak le tocó sudar la gota
gorda para vencer al Rafa, pero sigo sosteniendo que dar besos a una copa a no
ser que se tenga en cuenta el millón setecientos mil euros (€1.700.000.00) que
el muchacho se lleva a su cuenta bancaria, me parece como mínimo "algo
tonto"
Video Gentileza de: zoethebandtv
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