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jueves, 31 de mayo de 2012

El porfiado Rubinosa.

Imagen de Octopussy

Bastó que uno de la barra le dijera: Che Rubinosa, en casa tengo una revista "Life"  viejísima y hay fotos de un tipo que se parece mucho a vos; y mirá creo que hasta el apellido se te parece Rubirosa, se llama el coso ese, le sacás la ene y te llamás igual; se la pido a mi vieja la revista y te la traigo, vas a ver que sos parecido, sos.

Solo eso bastó para que el bicho de la curiosidad no lo dejara tranquilo hasta que tuvo la revista en sus manos.

Recortó la foto más grande y que mejor posibilidad de análisis le daba y la pegó en el espejo donde a diario observaba su cara mientas se afeitaba. Que lo parió, en serio que eran muy parecidos, casi dos gotas de agua.
La nota de la revista no daba muchas precisiones sobre el famoso Porfirio Rubirosa,  más bien eran solo fotografías de una cena de gala en una Embajada  por lo cual se prometió buscar mayor información sobre el hombre al que calificaban de "Play Boy".

El porfiado era un tipo agradable, alto. delgado, de rostro cinematográfico, pero tenía un defecto, era demasiado sincero en sus observaciones y demasiado lanzado para aquella época con las mujeres.

Cuentan que en una ocasión le presentaron a una jovencita muy atractiva con ojos color verde intenso que al mirar al Porfiado hizo que éste en un rapto de sinceridad le dijera: ”Que hermosos ojos tiene Ud. señorita, pero en honor a la verdad es más bonito su culito.”
Las mujeres de aquellos años, dicen, eran mucho más recatadas o tal vez más hipócritas que las de ahora por lo cual el bife* que recibió el porfiado en aquella ocasión aún hoy lo recuerdan los pocos que siguen andando por la vida de todos los que allí estaban aquel día.

No fue ese el único bife que recibiría a lo largo de su carrera de “langa”* que asumiría casi como un deber el Porfiado Rubinosa. Un amigo le preguntó un día:”Porfiado, vos te le lanzás a todas las minas que se te cruzan?
-Claro, respondió, si las minas quieren que uno las quiera, a todas, altas, bajas, grandes, chicas, feas, bonitas, rubias, coloradas, morenas. Dios las puso para alegrarnos la vida, y sería pecado desobedecer un mandato divino.
-Así rebotarás también, replico el amigo.
-Reboto en varias, claro, pero con el resto que me acepta la voy pasando bomba.

Nunca se supo cómo hizo para dejar el conventillo* lo cierto es que el Porfiado desapareció de los lugares que solía frecuentar, como dicen las crónicas policiales y eso solo hizo que la leyenda que él astutamente fue hilvanando en charlas de café y asados con amigos creciera con impulso propio aumentada por la imaginación del relator de turno quien agregaba datos no comprobados y que en definitiva le daban al Porfiado más crédito del que realmente tendría; pero sabido es que así funcionan estas cosas y baste mirar en la actualidad cuantos “Porfiado” se encuentran en las páginas de las revistas de actualidad, e incluso en el seno del Gobierno.

Exacto; por ejemplo ese que Ud. está pensando.

Pero retomando el hilo del Porfiado, dicen que fue visto hace unos años en un restaurante de moda en un lujoso hotel de la capital inglesa acompañado con una veterana de grandes pechugas naturales que con seguridad deben haber tenido más huellas que el dactiloscópio de Scotland Yard a quien el Porfiado acompañaba vestido de riguroso traje negro estilo Saville Row.
Un integrante de la directiva de un grupo de deportistas argentinos que se encontraban en el lugar creyó reconocer a pesar del tiempo transcurrido al Porfiado Rubinosa, y acercándose le saludó diciendo: Porfiado, que hacés vos acá.
El hombre se dio vuelta mientras la veterana continuaba su trayecto, moviendo en su mano derecha un llavero de automóvil donde podía verse las alas desplegadas del inconfundible sello de la fábrica Aston Martin, para responder cortésmente en perfecto castellano.
-Perdón?

-Porfiado, no me conocés soy Enrique; vivíamos en el mismo barrio en Buenos Aires, che.

-You are confused. My name is Bond, James Bond.,responde ahora en un aceptable inglés, tras lo cual se alejó caminando casi igual que Sean Connery en sus mejores épocas.

El Porfiado Rubinosa, genio y figura hasta la sepultura.




Pequeño lunfardario no ilustrado:
bife: bofetada
langa: galán
conventillo: inquilinato.
rebotar: recibir una negativa.
                       
Gracias:www.youtube.com/user/mraldovera

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