"Hace muchos años
vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho
por su vestuario.
Un día escuchó a dos
charlatanes llamados Guido y Luigi Farabuttis decir que podían fabricar la tela
más suave y delicada que se pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la
especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su
cargo.
Por supuesto, no había
prenda alguna sino que los pícaros hacían creer que trabajaban en la ropa, pero
estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin.
Sintiéndose algo nervioso
acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no, el monarca envió
primero a dos de sus hombres de confianza Lucios Michelle Devidosis y
Alessandro Pensattinus Econumikus, a ver la confección. Evidentemente, ninguno de
los dos admitió que eran incapaces de ver la prenda y comenzaron a alabar a la
misma. Toda la ciudad había oído hablar del fabuloso traje y estaba deseando
comprobar cuán estúpido era su vecino.
Los estafadores hicieron
como que le ayudaban a ponerse la inexistente prenda y el ufano rey salió con
ella en un desfile sin admitir que era demasiado inepto o estúpido como para
poder verla.
Toda la gente del pueblo
alabó enfáticamente el traje, temerosos de que sus vecinos se dieran cuenta de
que no podían verlo, hasta que un niño dijo:
«¡El rey va desnudo!»
La gente empezó a
cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que el rey iba desnudo.
Éste los escuchó y supo que tenían razón, pero levantó la cabeza y continuó
adelante."*
El escritor danés Hans
Christian Andersen, escribió esta historia hace ya muchísimos años (1843) y
aunque Ud. no lo crea últimamente y por estos lares, donde no tenemos rey,
suele pasar tal y como Andersen lo imaginó.
*versión adaptada.
*versión adaptada.
0 comentarios:
Publicar un comentario