La PresidenTe estaba
alegre ayer, casi exultante pues la Justicia italiana le había dado la razón en
un litigio iniciado en 2008, cuando una periodista del diario “Corriere della
Sera” María Egizia Fiaschetti, escribió una nota donde contaba con detalles un
tour de compras de Cristina por varias de las más renombradas boutiques de
Roma, en pleno desarrollo de una reunión de la FAO, a la cual ésta asistía en
representación de la República Argentina.
Y que es la Justicia sino
esto..¡
Si el resultado final es
favorable a los intereses de quien demanda, es Justicia. Si por el contrario es
desfavorable, es Injusticia.
Muchas veces las leyes
son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los
grandes la rompen.
Pero atención, tal vez lo
de la Justicia italiana sea solo un giño cómplice a Cristina, diciéndole, sin
hacerlo: nosotros te damos esta, vos arreglanos el tema de los bonistas
italianos que quedaron fuera del mega canje.
En Italia en todos los
ámbitos donde se imparte Justicia hay un texto bien visible que dice: La Legge
é uguale per tutti” (La ley es igual para todos) pero que los italianos toman
como una pregunta, no como una afirmación.: La ley es igual para todos?
Y así debe ser, tanto allá
como acá, pues no se explica entonces porque la tragedia de once aún no tiene
culpables, porqué los recientes accidentes de tránsito que terminaron con la
vida de varias personas, aún siguen los familiares pidiendo justicia.
No se explica cómo
cuestiones que merecerían mayor atención de la Justicia se desvanecen en pocos
días y la prensa los analiza más que el Juzgado correspondiente.
Es así que los
departamentitos del Juez, las casitas de doña Hebe y Sergio, las fortunas que
se acrecientan de manera grosera, Ciccone y el papel moneda, los negocios de
Amado y Julio, las expropiaciones patoteriles, la presunción de si tenés tanto
de ingreso, seguro tenés personal doméstico en negro, la eliminación de las
cautelares, el cepo a tu bolsillo y muchas cosas más que resultaría muy aburrido
citar, se demoran hasta incluso prescribir , sino pregúntenle a María Julia, mientras
que Pablo Migliore aún sigue detenido (sin opinar de lo
procedente o no de su causa) y otros, con
mayores problemas ante la Ley, siguen tan campantes por la vida, incluso
representando al país en el exterior como impolutos señores…..y señoras.
Tal vez sea cierto aquello de “La justicia vio lo que hacía la gente y
se vendó los ojos.”
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