Dirigentes movilizados, aulas vacías |
El primer paro docente fue en el norte del país,
San Luís, en noviembre de 1881; desde entonces hasta nuestros días los docentes
de todo el país con algunos altibajos ostentan el título de ser el gremio que
mayor cantidad de paros ha realizado superponiendo su “derecho a huelga” por
sobre el derecho a la educación que tienen los educandos también de rango
constitucional.
El reclamo es adornado con distintas facetas,
pero siempre la parte predominante es de tipo económico con el fin de obtener
año tras año mayores salarios y condiciones laborales.
Eso está mal.?
Para nada, es justo pelear por derechos que
corresponden, como es también justo reconocer que ser docente de verdad no es
una tarea para cualquiera.
No obstante esto, también debiera ser
considerado el daño que tal reivindicación causa en una franja etaria que se ve
desprotegida e indefensa a las que se les roba el tiempo que corresponde a su
formación, tiempo que cuando pasa, ya no
regresa y que deja secuelas que basta ver algunos comportamientos de jóvenes
que a diario demuestran con su falta de educación y preparación para
desenvolverse en la vida, el verdadero daño que a futuro marcan el costo que
toda la sociedad deberá pagar por estas “defensas salariales”.
También es cierto que los gobiernos de
provincia, que en la práctica serían los “empleadores” debieran soportar las
huelgas para no conculcar derechos, pero no financiarlas.
Si no se trabaja, no se percibe salario.
Si se ejerce el derecho de huelga, los días no
trabajados deben ser descontados, sino se convertirían en vacaciones pagas.
Y no lo son.
0 comentarios:
Publicar un comentario