El día se presentaba hermoso para esta época del año y decidí hacer mi habitual trayecto caminando, el sol se mostraba cálido y una leve brisa, agradable, tocaba los rostros de los transeúntes casi como una caricia. Lo que el Nano Serrat calificaría como "un gran día".
Con ese pensamiento soft en mi mente, vi un hermoso gato negro en el costado de un cantero que protege un árbol, mirando atentamente hacia arriba: gatito busca pajarito, me dije y ya cuando estaba a punto de sobrepasarlo, el muy desgraciado se levanta y cruza delante de mí, se detiene y me mira mientras coloca su cola como signo de interrogación; continúo mi camino y unos metros más allá, me cruzo con un trabajador de una casa de pompas fúnebres , cuernitos mediante trato de volver a entrar en clima, pero algo me dice que no es posible.
Como una inexorable ley de Murphy, y detrás del funebrero venía caminando en sentido contrario al mío, mi vecina Lucía una solterona amargada más complicada y molesta que absceso peri anal en verano. Opté por la retirada y crucé rápidamente a la otra vereda, donde apareció la bolilla que faltaba: Cacho, algo así como un conocido.
Hola tanto tiempo que no te veo, que es de tu vida. Una docena de palabras utilizó previamente el desgraciado para decirme lo que realmente quería decir desde que advirtió mi presencia: Chee, pero que gordo que estás ¡¡.
Una extensa colección de gruesas palabras se agolparon en mi mente, pero opte por decir con voz calmada: Cacho, cuanto hace que no nos vemos. Y desde que me fui del barrio, me dice.
Y entonces retruco, no tenés nada más original para decirme, solo que estoy más gordo ??
Cacho quiere retirar la metida de pata agregando mientras comenzaba a alejarse: Bueno, mucho, mucho más gordo no, vos siempre fuiste de contextura robusta. Chau, me tengo que ir. Un día de estos te llamo y comemos un asado. Le respondo: No sé, estoy a dieta.
Es cierto eso de "Disfrutá del día hasta que aparezca un imbécil y te lo arruine" y como el día se estaba poniendo pesado, comencé a preparar una defensa por si aún quedaba gente preocupada por el volumen de mi persona.
Me dije: cuando me cruce con Graciana en el ascensor y me diga que estoy gordo, responderé:
No creas, si me ves en pelotas te vas a dar cuenta que no estoy tan gordo.
O: no todavía me las veo, y haciendo un silencio agrego: a las puntas de los pies.
O si no: Esto no es gordura, son gases, y casualmente tengo uno que viene carreteando. Si te quedás un ratito más lo compartimos y verás que pierdo algunos gramos. Te digo que anoche comí lomo con salsa roquefort, así que vienen pesados.
Y una cuarta: sí estoy más gordo, pero no deja de ser una ventaja, porque tengo "todo" más abultado. Hasta aquí cuando se trata de "Fémina", en el caso de los "Cachos" las respuestas serían.
-Si pero para alcanzarte a vos, me faltan algunos kilos.
-Si pero estos dientes son todos míos y no tengo mal aliento. Te aseguro que el hincha pelotas sale corriendo a comprar beldent.
-Si, estoy más gordo y vos cada vez tenés menos pelo.
- No..... no estoy gordo, estoy engordando.
Y para agregar un poco de confusión también se debiera decir: Lo que pasa es que me peso mensualmente en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en la balanza que está en el sector "Precios al consumidor" y como allí tiran todos los índices para abajo, yo me confío y sigo comiendo, después me enfrento con la inflación real, y el resultado es el que ves.
Chau.,
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