Imagen de Octopussy |
Bastó que uno de la barra le dijera: Che
Rubinosa, en casa tengo una revista "Life" viejísima y hay fotos de un tipo que se
parece mucho a vos; y mirá creo que hasta el apellido se te parece Rubirosa, se
llama el coso ese, le sacás la ene y te llamás igual; se la pido a mi vieja la
revista y te la traigo, vas a ver que sos parecido, sos.
Solo eso bastó para que el bicho de la
curiosidad no lo dejara tranquilo hasta que tuvo la revista en sus manos.
Recortó la foto más grande y que mejor
posibilidad de análisis le daba y la pegó en el espejo donde a diario observaba
su cara mientas se afeitaba. Que lo parió, en serio que eran muy parecidos,
casi dos gotas de agua.
La nota de la revista no daba muchas
precisiones sobre el famoso Porfirio Rubirosa,
más bien eran solo fotografías de una cena de gala en una Embajada por lo cual se prometió buscar mayor
información sobre el hombre al que calificaban de "Play Boy".
El porfiado era un tipo agradable, alto.
delgado, de rostro cinematográfico, pero tenía un defecto, era demasiado
sincero en sus observaciones y demasiado lanzado para aquella época con las
mujeres.
Cuentan que en una ocasión le presentaron a
una jovencita muy atractiva con ojos color verde intenso que al mirar al Porfiado
hizo que éste en un rapto de sinceridad le dijera: ”Que hermosos ojos tiene Ud.
señorita, pero en honor a la verdad es más bonito su culito.”
Las mujeres de aquellos años, dicen, eran mucho
más recatadas o tal vez más hipócritas que las de ahora por lo cual el bife* que
recibió el porfiado en aquella ocasión aún hoy lo recuerdan los pocos que
siguen andando por la vida de todos los que allí estaban aquel día.
No fue ese el único bife que recibiría a lo
largo de su carrera de “langa”* que asumiría casi como un deber el Porfiado
Rubinosa. Un amigo le preguntó un día:”Porfiado, vos te le lanzás a todas las
minas que se te cruzan?
-Claro, respondió, si las minas quieren que
uno las quiera, a todas, altas, bajas, grandes, chicas, feas, bonitas, rubias,
coloradas, morenas. Dios las puso para alegrarnos la vida, y sería pecado
desobedecer un mandato divino.
-Así rebotarás también, replico el amigo.
-Reboto en varias, claro, pero con el resto que
me acepta la voy pasando bomba.
Nunca se supo cómo hizo para dejar el
conventillo* lo cierto es que el Porfiado desapareció de los lugares que solía
frecuentar, como dicen las crónicas policiales y eso solo hizo que la leyenda
que él astutamente fue hilvanando en charlas de café y asados con amigos
creciera con impulso propio aumentada por la imaginación del relator de turno
quien agregaba datos no comprobados y que en definitiva le daban al Porfiado
más crédito del que realmente tendría; pero sabido es que así funcionan estas
cosas y baste mirar en la actualidad cuantos “Porfiado” se encuentran en las
páginas de las revistas de actualidad, e incluso en el seno del Gobierno.
Exacto; por ejemplo ese que Ud. está
pensando.
Pero retomando el hilo del Porfiado, dicen
que fue visto hace unos años en un restaurante de moda en un lujoso hotel de la
capital inglesa acompañado con una veterana de grandes pechugas naturales que
con seguridad deben haber tenido más huellas que el dactiloscópio de Scotland Yard a quien
el Porfiado acompañaba vestido de riguroso traje negro estilo Saville Row.
Un integrante de la directiva de un grupo de
deportistas argentinos que se encontraban en el lugar creyó reconocer a pesar
del tiempo transcurrido al Porfiado Rubinosa, y acercándose le saludó diciendo:
Porfiado, que hacés vos acá.
El
hombre se dio vuelta mientras la veterana continuaba su trayecto, moviendo en
su mano derecha un llavero de automóvil donde podía verse las alas desplegadas
del inconfundible sello de la fábrica Aston Martin, para responder cortésmente
en
perfecto castellano.
-Perdón?
-Porfiado, no me conocés soy Enrique;
vivíamos en el mismo barrio en Buenos Aires, che.
-You are confused. My name is Bond, James
Bond.,responde ahora en un aceptable inglés, tras lo cual se alejó caminando
casi igual que Sean Connery en sus mejores épocas.
El Porfiado Rubinosa, genio y figura hasta la
sepultura.
Pequeño lunfardario no ilustrado:
bife: bofetada
langa: galán
conventillo: inquilinato.
rebotar: recibir una negativa.
Gracias:www.youtube.com/user/mraldovera