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martes, 30 de agosto de 2011

Alergia gatuna.

Se dice que un problema empieza a dejar de serlo a partir del momento en el cual uno reconoce su existencia.
Y yo me acabo de dar cuenta que tengo un problema con los felinos domésticos, vulgarmente conocido como “gatos”, mininos, mishi mishi, corazoncito de mamá, etc. es decir los bichitos peludos de cuatro patas, que una vez que entraron a “tu” casa, esta empieza a dejar de serlo y pasa a ser dominio de ellos.
Y Ud. como yo se preguntará porque esta, a prima facie, injustificada antipatía a los gatitos pobres animalitos de Dios….¡

Será porque te dejan llena de pelos las botamangas de los pantalones, luego de darte varias vueltas en ocho……?   NO.

Será porque cuando te colonizan el techo de tu casa, y lo enriquecen con varios kilos de “popó”, los vecinos a los cuales no les caés simpático, al pasar frente a tu casa dicen” “Siempre pensé que este tipo era una mierda”………claro, del techo se desprende un tufillo, que te la voglio dire. Pero NO, esto tampoco sería motivo.

Será por que cuando las gatas andan en “esos días”  arman tal concierto de gritos, llantos, maullidos estridentes, balidos, gruñidos, al punto tal que llegan a putearse en idioma gatuno claro, por ver quién resulta favorecido en el sorteo de la perinola: si pone uno o todos ponen, y no te dejan pegar un ojo…? NO esto tampoco es motivo.

Será porque te arruinan los muebles, porque cuando te toman entre ceja y ceja, aprovechan para regarte toda la casa con sus orines, y por más desodorante o Chanel Nº 5 que le pongas, el aroma persiste……….NO, tampoco es por esto.

Será porque al pretender ocupar tu lugar en la cama al lado de tu amorosa mujer, esposa, amante, o circunstancial compañera de lecho, primero tenés que retirar al gatito con mucho cuidado (si no el que se queda sin perinola sós vos) para recién allí ocupar tu espacio………NO, para nada.

Como no le encontraba la vuelta al asunto, recurrí a una especialista en el tema, la Dra. Rosita Teharaño Gattis, quien luego de varias sesiones de terapia y dos mil pesos de honorarios llegó a la conclusión (ella solita, yo no) que lo mío no es alergia a los gatos, sino otro tipo de manifestación y en este caso no física, sino mental que se conoce como
“inseguridad masculina gravis, por falta de interrelación con animales felinos domésticos de cuatro patas, que monopolizan la atención de la mujer de la casa en desmedro de su pareja” es decir ,envidia.
Y tiene razón la curandera; miren y juzguen Uds. los lugares que están ocupando los guachos estos: 

Ya mismo le estoy consultando a Marianella, si existe alguna vacuna que me inmunice contra este mal.

4 comentarios:

walrus sinclair dijo...

Apoyo de forma incondicional tu odio a los gatos, tema que hace años casi me lleva al divorcio, es que no los soporto jajajajaja, saludos

BC dijo...

Lo mio (por ahora) es solo envidia Agustí.
Un abrazo.,

Elsa dijo...

Muy buena esta entrada!
Pero debo decirte que tengo dos gatos en casa...sacá tus conclusiones.
Un abrazo,Elsa

BC dijo...

Reitero lo dicho al amigo Agustí, por ahora, solo los envidio. Un cordial ronroneo. Abrazo.,