Explicar lo que le pasó a
la selección argentina de fútbol es simple; la FIFA maneja los hilos del fútbol
internacional y es la que corta la torta y por lo tanto decide, agreguemos que
no alcanzó toda la garra de Mascherano y algunos otros, que Messi estuvo
más abúlico o más turbado que de
costumbre, que faltó Di María, y que el árbitro Nicola Rizzoli fue un
verdadero figlio d’una mignotta,, etc. etc.
Explicar lo ocurrido el
domingo 13/7 por la noche en Buenos Aires es un poco más complicado. Utilizaría
para dar una idea más precisa de ello, las palabras de Julio César Soares De
Espíndola arquero de la selección de Brasil
y actual del Toronto FC que luego del 7 a 1 de Alemania contra su arco dijo : ”Es
difícil de explicar lo inexplicable.”
Será porque esta democracia
que conocemos oculta a lo que verdaderamente es: una oclocracia y que, como
decía el filósofo escocés James Mackintosh , en su defensa de la revolución de
los franceses (Vindiciae Gallicae), esta oclocracia que no vemos es la
autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo del
tropel; nunca es el gobierno de un pueblo. En el desarrollo de esta política,
sólo se tiene en cuenta de una forma superficial y burda los reales intereses
del país, dirigiéndose el objetivo de la conquista y al mantenimiento de un
poder personal o de grupo mediante la acción demagógica en sus múltiples
formas, apelando a emociones irracionales a partir de estrategias como la
promoción de discriminaciones, fanatismos y sentimientos exacerbados; el
fomento de los miedos e inquietudes irracionales; la creación de deseos
injustificados o inalcanzables; etc. Todo ello, con el fin de ganar el apoyo
popular, frecuentemente mediante el uso de la oratoria, la retórica y el
control de la población.
Será por la propaganda del Gobierno, y digo “propaganda”
diferenciándola de “publicidad” pues la primera tiene como fin propagar
doctrinas, y la segunda sirve solo para la divulgación de noticias o anuncios
de carácter comercial.?
Es tal vez la propaganda
oficial la que alimenta a las fieras con avisos donde el patrioterismo de barricada
mezcla a empleados de la” recuperada para el pueblo “ Y.P.F. (orgullosos del
producto de nuestro suelo) con jugadores del seleccionado nacional que en su
mayoría son integrantes de equipos europeos que les pagan en euros o dólares y
los cuentan cómo residentes ?
Los que comenzaron los
desórdenes, rompiendo todo lo que encontraban a su paso, y robando cuando la
posibilidad se daba, son parte de ese tan publicitado 54% que todo lo
justifica, o son solo unos pocos inadaptados que no comprenden el verdadero
sentido del modelo nacional y popular.?
Es difícil explicar lo
inexplicable, tanto como entender porque Messi fue elegido el mejor jugador del mundial.
Al final Nicola Rizzoli,
Mario Götze, y todos nosotros solo fuimos títeres de una absurda tragicomedia
que volverá a ser puesta en escena dentro de cuatro años, con otros muñecos
como intérpretes, pero con igual libreto.
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