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jueves, 7 de abril de 2011

Esther, Valérie y Yo.

Desde el primer garrotazo que el primitivo hombre de las cavernas, le propinó a ese bicho roñoso y maloliente como él pero diferente solo por contar con dos bultos debajo del cuello y un tajito entre las piernas, del cual emanaba un cierto tufillo que le trastornaba de manera agradable sus también primitivas y limitadas neuronas,  los hombres tuvimos claro que en las cuestiones del sexo las que mandan son las mujeres y que ellas, solo ellas son las que nos enamoran, nos fornican, nos casan, nos convierten en padres, nos engañan (siempre con algún pelotudo, según nuestra óptica) nos abandonan y nos exprimen la billetera.
Todo esto las féminas  lo hicieron de una manera subliminal, tratando siempre de no levantar la perdiz y aunque resulte incongruente, para que no se les escapara la liebre y duró hasta que aparecieron en escena ejemplares del mal llamado sexo débil, que inmediatamente trataron de demostrar a quien quisiera escucharlas que "ellas lo tenían más grande" clitóricamente hablando.
ESTHER: argentina de nacimiento (Buenos Aires) que nos lapidó con esta frase:"El hombre fue entrenado y condicionado por la mujer, de manera no muy distinta a como Pavlov condicionó sus perros, para convertirlos en sus esclavos. Como compensación por su labor los hombres son premiados periódicamente con una vagina."
Que me contás,
Vilar, de ella se trata, escribió un librito "El varón domado" allá por 1971, cuando contaba con apenas graciosos 36 años y según las malas lenguas, más bichos muertos que alpargata de quintero.
Después se despachó con dos o tres cositas más y en una de ellas ¿Es inmoral el matrimonio?  dijo: "Para mí el casamiento no solo es inmoral, sino también vulgar, superfluo y muchas otras cosas. Es un contrato para que no te abandonen (yo agregaría: sin indemnización*).
Llevás una alianza para que todo el mundo sepa que tus órganos sexuales pertenecen a una sola persona. Hasta resulta pornográfico.
Vilar dice que solo cuentan dos parámetros cuando se busca pareja; la belleza femenina y la riqueza masculina.
Si ha alguna mente perversa se le cruzó por un instante la imagen de  la reciente boda de Lopilato/Bublé, es necesario aclarar que por aquel entonces ninguno de los dos había nacido y que tal expresión ni remotamente puede ser aplicada a esta hermosa y enamorada pareja. Vivan los novios ¡¡ 
VALÉRIE: seguramente habrán oído de ella, Valérie Tasso, la hija de Juancho Tasso, francesa casi bonita, calco de Esther en algunos de sus principios y autocalificada como libertina, con vocación de libertaria y, por qué no, un poco golfa  (yo argentino, ella lo dijo).
La dulce Valérie escribe cosas como esta "Hasta hace poco, practicar el sexo oral estaba mal visto. Hablo en pasado aunque tendría que usar el presente ya que en 15 estados norteamericanos la felación sigue siendo un delito. Del cunnilingus no se sabe nada. Digamos que no se considera relevante.
Algunos hombres siguen usando la felación como una manera de ejercer el poder sobre la mujer. Creedme, dice Valérie, hablo con conocimiento de causa.
Aquel gesto de la mano del hombre encima de la cabeza de la mujer que tanto han usado las películas porno, nos remite al poder del macho sobre las hembras.
El “chupa bonita” es absolutamente odioso, parece que la mujer está al servicio del hombre en ese momento y yo dirá más bien que quien tiene el poder en esas circunstancias es la mujer.
Al estar preso el pene en la boca de ella, el que está completamente indefenso es el hombre. En más de una ocasión, agrega Tasso, en mi breve paso por el burdel estuve a punto de hacer uso de mis caninos para cortarle el soplo a más de un engreído, a ver si se enteraba de una vez quien tenía el mando.
Pero soy una buena chica y entiendo que un gesto así podría acabar con la vida de más de uno, sobre todo de los que piensan que su fuerza y virilidad se encuentra en sus piernas. (extraído del libro “El otro lado del sexo-"Valérie Tasso- Plaza Janés 2006) 
YO: Lo mío es muy breve, tan solo manifestar que me hubiese gustado andar por Belgrano en la época que Esther buscaba especímenes para domar, o bien encontrarme con Valérie (a pesar de sus afilados caninos) en Amaya, o el Café de París en Barcelona, o quizá en Bec Fin de París, y con las dos, en solitario o unidas, lanzar mi chalupa en esos ríos bravíos de estrógeno.
Pero como no es posible, cierro este relato con un video donde Jesús Quintero en su programa “El loco de la colina” entrevista a Velérie Tasso.
La edición no es de gran calidad, pero a falta de pan, buenas son tortas.
Au revoir.

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                                Gracias:www.youtube.com/user/F9JHSD7KL

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