La noticia que David Beckhan piensa
hacerse una inscripción en su pirulo, tal vez con la intención que Victoria no se
aburra ante una mala performance y se entretenga contando y leyendo sus treinta
y pico de tatuajes , trajo a mi memoria una anécdota que escuché hace ya algunos
años.
Cuentan que en un barrio conocido
como "Del Mondongo" supo haber en
épocas pasadas un lugar que se conocía como "Casa de Salud" en
la cual los eventuales pacientes eran "atendidos" por solícitas
damiselas que ofrecían sus servicios
sexuales por la módica suma de cinco pesos fuertes.
Hasta ese lugar llegó un día un
marinero que se encontraba de vacaciones por allí. El hombre era de baja
estatura y rondaría los cuarenta años de edad.
Solicitó la atención de la Rita, una
pelirroja teñida de casi un metro ochenta de estatura, 105 de busto, y otro
tanto de caderas, "un camión de mina" como le decían los habitué del
lugar.
El marinero requirió la atención más
completa y estuvo allí algo más de dos horas;
tras marcharse la Rita pidió retirarse pues había quedado exhausta con
aquel cliente.
La madama le pregunto la razón de
tal pedido a lo que Rita respondió que
aquel hombre contaba con una herramienta que la había prácticamente, así dijo,
hecho bolsa.
No me jodas dijo la veterana, yo al
petiso ese lo conozco de otra casa del puerto, y te digo más, tiene un tatuaje
en el pene que dice: "Repla" o no?
A lo que Rita responde: Si "Repla" cuando está en reposo, pero bien erecto dice: Recuerdo de
mi viaje a Constantinopla"
Malas lenguas dicen que el de David,
dirá "nore”
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