He concurrido infinidad de veces a la Rosada;
siempre está igual y siempre diferente.
Pareciera que el inquilino de turno que la
ocupa quiere dejar su impronta no como tal sino como propietario de la misma.
Esa sería la más razonable explicación porque
cuando entran no quieren irse más, y cuando tienen que hacerlo no se alejan
mucho del lugar y hacen ingentes esfuerzos por volver.
En eso entretenía mi mente mientras esperaba
ingresar al despacho oficial al que había sido convocado, cuando por una puerta
lateral apareció Marissa; me saludó cordialmente pero sin la familiaridad de
otras ocasiones, quizá porque allí trabaja y ya lo dice el refrán "donde
se come no se manicurea".
-Nervioso?, preguntó.
-Porque habría de estarlo respondí.
-Digo por la importancia que para tu futuro
tiene esta entrevista, agregó.
-Me he visto en peores.
-Lo sé, indicó tocando levemente mi mano,
para alejarse y desaparecer tras otra puerta.
-Señor, dijo una melodiosa voz femenina, el Ministro lo recibirá ahora,
por favor acompáñeme.
Estuve alguna vez en este despacho cuando quien lo ocupaba era otro (Alberto), claro que en aquella oportunidad éramos
varios.
El despacho tenía algunos cambios pero
siempre conservando el estilo tradicional del poder, y en ese lugar eso se
respiraba: poder.
Nos habíamos ya visto con el Ministro, pero
los póliticos tienen la particularidad de recordarte o ignorarte según el
momento del encuentro y en este caso mi interlocutor solo se limitó a saludarme
extendiendo su mano e invítándome a sentar.
-Bueno vos sabés, dijo tuteándome, para que
te hemos convocado.
-Si señor respondí como manteniendo
distancia.
-Anoche precisamente en un asado que tuvimos
en la quinta de un amigo, Mauricio dijo conocerte y le pareció bien que te
incorpores, yo aproveche la breve pausa que hizo para atusar su tupido bigote y
preguntar:
-Perdón...., ud. dice Mauricio el de la
ribera, al que conozco del club por sufrir la misma camiseta.
-Exactamente me respondió sonriendo.
-Pero uds. no son adversarios, no es que no
se soportan y en cuanta oportunidad encuentran se hechan culpas recíprocas ??
-Mirá pibe, si hacés esa pregunta creo que será
necesario te acostumbres a ciertas cosas que son habituales.
Por ejemplo que nosotros los políticos somos
una corporación y como tal funcionamos; tenemos alguna que otra escaramusa,
pero en la intimidad somos casi todos amigos, o grandes conocidos.
Como dice
Pino, en política nadie tiene la vaca atada y nos necesitamos todos;
precisamente anoche, no solo estaba Mauricio, que sigue imitando a Freddy Mércuri pero sin bigote, estaban también Francisco el
colombiano, Julio Cleto, Hebe, Hugo; Ricardo no pudo venir porque andaba de
campaña en el interior, al igual que Margarita, pero sí participó también Pino
que no olvida sus orígenes y le pidió a Eduardo que se maquillara un poco para
una foto.
Cleto contó unos cuentos que si se dedicara a
esto lo borra de un plumazo a su comprovinciano Cacho Garay, completó el
ministro demostrando que como buen guitarrero, cantor, y escritor de zonceras
que es, conoce bien a los artistas.
-Pero eso de traidor,el pedido de renuncia,
los dardos al titular del gobierno porteño es todo bleff ?
-No, está todo guionado, alguno que otro se
tiene que ir, a veces transitoriamente, otras definitivamente. Es parte del
sistema y el que no lo entiende pierde.
-Y la pelea con el multimedio que antes era
bueno y ahora no, también es falsa.
-No, esa es real, estos sacaron los pies del
plato y lo tendrán que pagar.
-Creo que haber preguntado idiotamente si el
Eduardo mencionado era el mismo que tenía una quinta en San Vicente que después
donó a la provincia de Buenos Aires, y
que también estuvo como Presidente un par de años, fue el resorte que hizo que
el Ministro con un movimiento de su pié derecho pulsara algún timbre y como por
arte de magia apareciera otra secretaria diciendo:
-Perdón señor, lo llaman de Presidencia.
-Bueno, me despachó, cualquier cosa que
decidas hablalo con fulanito. Un gusto y se fue.
Cruce la Plaza de Mayo de forma tal que se
hiciera más largo el trecho, quería ver
el rostro de la gente, sentirme entre ellos y como ellos ignorar todo lo que se
cocina a diario en la "casa grande". Los ví de pronto de manera
multitudinaria, con bombos, banderas, pancartas, gritando, cantando,
aplaudiendo,y vivando al político de turno y de inmediato comprendí que no
sirvo para trabajar de "sotomósforo" o vocero encubierto, como prefieran;
tampoco creo que lo haga en el futuro. De pronto me sentí tranquilo.
Creo que a Marissa no le va a gustar.
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1 comentarios:
Me gusta pensar y webear.Por fin encuentro un blog que no trata de como hacer una misma ensalada disfrazada con los mismos condimentos adicionados de diferente manera. Presentada en distintos recipientes,y que al final termina siendo la tradicional mixta,saludos Maira.
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